El 10 y 11 de abril se realizará el Encuentro que pondrá a la Orinoquia en el centro de la agenda nacional

Por: Laura Sandoval, Gerente de Agronegocios JA&A

Golpeado por los efectos de la emergencia sanitaria, el año 2020 se destaca como el peor año para la economía colombiana desde que se tienen series de crecimiento (DANE 2021). Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística -DANE-, el PIB en Colombia tuvo una caída de 6,8%, superando la contracción de 1999. Sin embargo, pese a que la mayor parte de la economía se detuvo en 2020, el sector agropecuario siguió trabajando para asegurar que la comida llegue a su mesa y fue de los pocos que cerró el año con tendencias positivas, llegando al 2,8% de crecimiento. Comparando con el histórico del sector, esta cifra no es de las mejores, sin embargo, es un hito considerando el resto de la economía. 

Si bien en Colombia son pocas las grandes inversiones de escala industrial en el sector rural, éstas aportan de manera significativa en términos de generación de divisas y de empleos. El resto del sector agropecuario en el país opera a nivel de minifundio y a través de campesinos o empresarios agricultores no tecnificados.  Aquí sería importante reflexionar sobre la dicotomía que es un sector fuerte compuesto por individuos que siguen enfrentando una crisis social. 

Primero, se debe reconocer que, en el agro, pausar actividades no es sólo una opción inviable, sería una petición imposible. Las vacas no se pueden dejar de ordeñar, los cultivos no se pueden parar de regar, fertilizar o cosechar y los animales no se pueden dejar de alimentar. Un solo día sin trabajar el agro tendría efectos catastróficos en todo el país. Los agricultores colombianos este último año se destacaron por su resiliencia, enfrentando pausas en acceso a insumos agropecuarios al comienzo de la pandemia, afectaciones por precios, entre otros. Los productores colombianos continúan la producción como sea posible, en muchas ocasiones enfrentando pérdidas económicas, y es así porque el sector es responsable de garantizar la seguridad alimentaria sin dejar de lado la bioseguridad y la inocuidad de los productos. 

Este año se han magnificado problemas y barreras, que, aunque siempre han existido, por la pandemia se han exacerbado. Por esto se ha puesto a prueba el rol del Estado para apoyar a este sector. Barreras que siempre han existido como la financiación y oferta de créditos, la alta taza de informalidad en materia laboral, la falta de infraestructura vial para el desplazamiento de productos, e incluso la falta de seguridad jurídica sobre la tenencia de tierras, son temas que afectan a productores de todos los tamaños, pero en pequeños productores tienen efectos de mayor magnitud. Gracias a la presión de actores clave, como respuesta el Gobierno ha ofrecido subsidios para cadenas productivas esenciales, la apertura de créditos dedicados a subsanar los efectos de la emergencia sanitaria y la generación de permisos para asegurar que las operaciones agropecuarias no se vean afectadas en ningún eslabón de la cadena. Estos esfuerzos son un primer paso, pero aún existen oportunidades para seguir apoyando a este sector fundamental para el país con soluciones que van más allá de una respuesta a la emergencia sanitaria. 

Por otra parte, la pandemia nos ha demostrado la importancia y el valor de la tecnología, se ha demostrado que hay formas de llevar a cabo procesos de forma más eficiente, y para el sector agropecuario no es la excepción. En Colombia es muy común quedarnos en una zona de confort, con lo tradicional, trabajando de ciertas formas por que “así lo hicieron nuestros antecesores”. Sin embargo, es esencial no quedarse atrás en materia de tecnología e informática. Como país no le podemos temer a la tecnificación, debemos explorar temas de big data, inteligencia artificial, transferencias electrónicas, en fin, todo lo que esta pandemia nos ha demostrado que es posible. Sin lanzarnos a esto, nos arriesgamos a un estancamiento del sector agro en un momento donde existe todo el potencial de avanzar como país. 

Una apuesta respaldada por varios actores interesados, es apostarle a la emprerización en el campo, es decir, generar capacidades en los productores de todos los tamaños para que tengan las herramientas y conocimientos para apropiarse de sus futuros. Esta cultura, que ya se ha comenzado a ver en los últimos años en departamentos como Boyacá, debe ser multiplicada a nivel nacional para fortalecer aún más y generar sostenibilidad en el campo colombiano. 

Este año, con cuarentenas generales, toques de queda y agendas cada vez más llenas, la conveniencia de poder pedir el mercado a través del celular, nos aleja más de esa conexión que existe entre nosotros y el productor. Nos alejamos de esas personas que trabajan incansablemente desde el campo para garantizar que tengamos comida sobre nuestras mesas en todo el país. No podemos permitir que con esos “privilegios” perdamos de vista todo el esfuerzo que se hace desde nuestro campo para nuestro abastecimiento. Es clave que sigamos impulsando esos esfuerzos locales y generar conciencia sobre todo lo que nos trae el sector. 

No debemos desfallecer ante este reto, el potencial existe para seguir fortaleciendo al sector agropecuario, apuntarle a una cultura de sostenibilidad del campo y aportar continuamente hacia el desarrollo de nuestro país. 

La Orinoquia, que abarca el 22% del territorio colombiano, pero solo el 4% de la población (DANE, 2025), es una región de contrastes y oportunidades únicas. Potencia agroindustrial, energética y ambiental, destacada por sus tierras fértiles, recursos estratégicos y biodiversidad, claves para la seguridad alimentaria y económica de Colombia. El Primer Encuentro Nacional por la Orinoquia, que se realizará los días 10 y 11 de abril de 2025 en Bogotá, en la Cámara de Comercio de Bogotá, sede Salitre será el escenario para construir una agenda de desarrollo que impulse el futuro, alineada con las prioridades nacionales y enfocadas en aprovechar todo su potencial.

La Orinoquia es el centro de la seguridad alimentaria de Colombia: para 2023 contaba con aproximadamente 1 millón de hectáreas sembradas de productos agrícolas, en las que se produce el 97% de la soya y el marañón, 48% del arroz, 45% de la palma de aceite, 15% del cacao y el 29% del plátano. Además, alberga el 21% del hato ganadero nacional. También es la región que garantiza la seguridad energética de Colombia: La Orinoquia aporta el 77% de la producción nacional de petróleo y un 26% del biodiesel se produce en esta región. Así mismo, esta región tiene un gran potencial para el avance en energías renovables posicionándose como un actor clave en la transición energética de Colombia. Adicionalmente, es una de las regiones con mayor potencial para el crecimiento del sector turístico con un 36% de crecimiento en los últimos 11 años.

A pesar de lo anterior, la Orinoquia no ha estado en el centro de la conversación nacional, por lo que, el Encuentro no será solo un foro de discusión, sino una plataforma para la acción y la construcción de soluciones concretas que partirán de los estudios de Fedesarrollo, el Consejo Privado de Competitividad y proyectos liderados por Pacto Orinoquia.

Al encuentro asistirán los gobernadores, empresarios, lideres del sector privado y de la sociedad civil de las organizaciones más importantes del país.

Además, se presentará el Ranking de Sostenibilidad, una iniciativa de la Cámara de Comercio de Bogotá que reconocerá a las empresas y proyectos más destacados por su compromiso con la sostenibilidad ambiental, social y económica del país. Como parte de la agenda, se habilitarán espacios de networking diseñados para fomentar alianzas estratégicas entre empresarios, organizaciones sociales, agencias de cooperación internacional, embajadas y entidades gubernamentales, creando oportunidades concretas para impulsar el desarrollo integral de la Orinoquia.

Convocamos a todos los empresarios, inversionistas y lideres a participar en esta reunión que no tiene precedentes en el país.

Para más información visite: www.ensamblexl.co/encuentro-orinoquia

 

SOBRE ARTEAGA LATAM

Arteaga Latam es una compañía de desarrollo fundada en Colombia en 2013, y actualmente opera en 10 países de América Latina. Es la firma dueña de los principales estudios sindicados de la industria extractiva (Brújula Minera y Barómetro Petrolero), del Índice de Inversión Social Privada, del Observatorio Colombiano de la Industria del Cannabis y del Monitor de Desarrollo Territorial.

Para más información:

Contacto Comunicaciones Arteaga Latam: Arelys Aguilar [email protected] 

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